Miles de aficionados disfrutan con el paso de la Vuelta

Y por fin llegó. Después de meses de espera y por primera vez en la historia de la Vuelta Villanueva de la Serena acogió un final de etapa. Fue este viernes en medio de una expectación pocas veces antes vista en la localidad y bajo un calor abrasador que no echó para atrás a los miles de aficionados y curiosos que abarrotaron las calles de Villanueva del a Serena desde bien temprano.

De hecho, ya desde la noche del jueves, desde la llegada de los primeros efectivos de la comitivalogística al punto de meta en la urbanización de las Mimosas, fueron muchos los vecinos que aprovecharon para fotografiar a la ‘avanzadilla’ de la Vuelta. Pero fue desde la mañana de este viernes cuando comenzó a respirarse de verdad el ambiente de día grande en la localidad. Las terrazas de los bares cercanos estaban completamente llenas y el tema habitual entre los vecinos era el mismo: viene la Vuelta.

Conforme avanzaban las horas se multiplicaba el número de personas por los alrededores del circuito desde la meta en las Mimosas hasta la rotonda de la carretera de Guadalupe. En estas, los habituales viandantes de la avenida de la Serena aprovechaban su paseo mañanero para comprobar el mejor lugar donde poder ver pasar a los corredores horas después.

Todo ello mientras los miembros de la organización se afanaban por pulir los últimos detalles del recorrido para que todo estuviera listo en el momento clave. La espera mereció la pena para algunos aficionados que aguantaron incluso horas para ver pasar a los ciclistas y que. en un goteo incesante, continuaban acercándose a ver los preparativos.
El vecino serón José María Blázquez fue uno de ellos. Provisto de una nevera con refrescos, agua y varios bocadillos, él y su acompañante decidieron coger un buen sitio a unos 200 metros de meta bajo la refrescante sombra de un árbol. «Nos hemos venido con tiempo de antelación, pero no queremos perdernos nada», explicaba.

Y al mismo ritmo que crecía la expectación lo hacían las temperaturas. De hecho, sobrepasaban los 34 grados cuando los ciclistas cumplían con su primer paso por Villanueva antes de encarar los últimos kilómetros de la etapa. De ahí marcharon hacia Don Benito, donde también esperaban varios centenares de aficionados agolpados a ambos lados de la carretera. Pero fue en los últimos metrosde la etapa cuando el júbilo del público se hizo notar. Familias enteras, gritando al unísono, animaban a los ciclistas como último empujón antes de cruzar la línea de meta. Uno de ellos fue Antonio Fernández, que a sus 31 años disfrutaba como un niño pequeño de ver por primera vez el paso de una de las grandes pruebas del ciclismo internacional. «Es un evento único en Extremadura del que debemos sentirnos orgullosos», expresaba. Un sentimiento común entre los miles de aficionados que vieron cómo el francés Florian Sénéchal se imponía en una ajustada victoria ante Matteo Trentin. Ahora, turno para Don Benito, desde donde este sábado será la salida con destino al Pico Villuercas, toda una ascensión para coronarse como vencedor en lo alto de Extremadura. 

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